Un día viernes cualquiera como todos los viernes, sales del trabajo pensando, Qué haré hoy en la noche? Abres tu auto prendes tu radio  y te echas a andar. Suena tu música preferida , pero al rato sientes algo extraño, será  la música? No… Será el aire acondicionado? Bajas la ventana y respiras aire natural , sientes la brisa fresca, pero  algo sigue molestándote y es que en en más de 30 minutos sólo avanzaste en tu carro bencinero del año solo unos 10 metros.

La vida pasa en un segundo, pero la disfrutó como yo lo hago… me fijo los pedales, ajusto mi casco, me aprieto la mochila, avanzó un poco ajustándome en comodidad y en cosa de segundos ya estoy metido en el tráfico: uno, dos, tres… siete, ocho, nueve… quince…ya perdí la cuenta, esquivo una puerta de taxista que frena en seco, en una movida rápida ya estoy en el medio, en mi zona, no los culpo, ni se esfuerzan en mirar por que se que ese es su punto muerto… este es el presente que vivo y me encanta eso es mi espacio de vida, mi hábitat, mi refugio, mi agujero ínter-espacial entre autos, motos y gigantes de acero de locomoción colectiva.

Un día cualquiera, un viernes típico todo cambió y un automovilista cualquiera dejó su comodidad y a los tumbos salió su primera pedaleada… al rato y a los días, semanas y meses sintió más confianza ya no hay miedos está empezando a disfrutar, entendió la felicidad del presente y vió con sus propios ojos quien lo motivó.

Sin pensarlo aumentó la velocidad de un giro en su bicicleta de piñón fijo y se metió en el tráfico en ese espacio muerto con sólo en mente algún día alcanzarlo.

#Dani fijo